Crusader Kings III: Royal Court

Una corte real a la vista

• En tu papel de rey o emperador, mira cómo tu sala del trono cobra vida con la gran variedad de dramas e intrigas de la corte. Entra en un espacio totalmente 3D, disponible en cuatro estilos visuales principales, y llénalo de símbolos reales y majestuosidad.
  
• Despiadado o benevolente, dicta sentencias para quienes buscan tu intermediación. Preside la corte y descubre cómo tus cortesanos conspiran y reclaman tu atención.
  
• Enfrenta a tu mayor rival con todo el esplendor de tu corte. Si no lo impresionas, fracasarás y sufrirás las tristes consecuencias diplomáticas del mal gusto.

Un auténtico tesoro

• Alardea de tus reliquias exquisitas o céntrate en la historia de tu casa nobiliaria con las herencias familiares. Admira una amplia variedad de nuevos artefactos con el regreso del sistema de inventario a la saga.
  
• Contrata a artesanos prodigiosos, como joyeros o tejedores, para proyectos especiales y añade más objetos únicos a tu dominio.
  
• Encarga obras de arte especiales o consigue artefactos en combate. Pero ten cuidado, porque puedes perderlos fácilmente si pierdes un duelo o por el complot de un rival.

Cultura y población

• Tienes un sistema de cultura totalmente renovado al alcance de tu mano. Las nuevas tradiciones culturales principales te permiten cambiar significativamente tu modo de jugar, desde elegir los beneficios adecuados debido al terreno de tu reino hasta proporcionar al ejército nuevas bonificaciones. Determina tu legado mediante pilares culturales o haz que tus súbditos aprendan nuevos idiomas.
  
• Crea un crisol de culturas auténticamente dinámico con la nueva función de Hibridación, combinando rasgos característicos de tu población en una única fusión cultural. Conviértete en un gran conquistador beduino que se mezcla con poblaciones recién conquistadas o sigue al gobernante nórdico aventurero que llegó a adoptar las costumbres de Sri Lanka.
  
• Observa la evolución de la cultura de tu reino con la función Divergencia mientras el tiempo divide sutilmente una sola raíz cultural en subculturas más pequeñas. Dale forma como prefieras o entierra las semillas del cambio, y observa cómo una cultura monolítica se convierte en una colección de muchos pueblos distintos.